martes, 15 de marzo de 2011

El asombroso trato que recibimos, de izquierdas y de derechas

(Reflexión al hilo de un folleto que me ha llegado al buzón)


Por más que lo intento, no consigo salir de mi asombro en nuestro pueblo, Las Rozas, con los políticos que nos están gobernando, a la derecha y a la izquierda. ¿Qué trato nos están dando? ¿acaso creen que somos unos ignorantes?
Por un lado tenemos la jubilación de Bonifacio de Santiago, al que se le llena la boca cuando dice que le quisieron "untar" con 350 millones de euros. Podría haber dicho 1.000 millones, ¿quién le iba a contradecir? Es su palabra contra la del “reo”. ¿Dónde están los testigos?
Ahora desde la Dirección del PP, envían a Ignacio Fernández Rubio como aspirante a alcalde para Las Rozas, ¿qué pasó en Guadarrama, cuando fue alcalde de esa localidad?
Por otro lado tenemos al PSOE, que fue gobierno en Las Rozas y que lleva en la oposición, más de 15 años con 7 concejales, y nos envía a los vecinos un folleto en el que nos pide que le informemos de los problemas que tenemos.
Asombrado, me sigo preguntando ¿qué han hecho durante los 15 años que han estado en la oposición, que aún no se han enterado de nuestros problemas? E insisto, ¿o es que llegan las elecciones y hay que quedar bien para arañar algún voto?
En UPyD, estamos en contacto con los vecinos desde que existimos, hace tres años. Somos nuevos, pero mes a mes hemos ido conociendo todas las zonas de Las Rozas, (casco Antiguo, Marazuela, Monte Rozas, Burgo, Punta Galea, El Cantizal, Molino de la Hoz, Parque empresarial, El Golf, Las Matas, etc.), tratando con nuestros vecinos e interesándonos por sus problemas. Aún no tenemos concejales que puedan hacer oposición, pagados con el dinero municipal, pero estamos haciendo nuestro trabajo, porque queremos cambiar las cosas, queremos cambiar Las Rozas.
Es muy sencillo, queremos que todo mejore y funcione de un modo más eficiente, queremos regenerar la política, desenmascarando a los tramposos y a los mentirosos, y queremos cambiar la forma de hacer Las Rozas con la ayuda de los ciudadanos.
Pablo Sánchez Buján

Decálogo contra la corrupción

5 de Marzo de 2011

 
El Mundo: UPyD propone que la Sindicatura de Cuentas pueda sancionar a la administración
UPyD publica un decálogo de medidas contra la corrupción que ahoga la política balear
 
Palma, 4 de marzo de 2011
 
En su programa electoral, Unión Progreso y Democracia (UPyD) propone una batería de medidas para combatir la corrupción:
 
1.-.Volver a la tradicional figura de la intervención previa (antes de realizar el gasto) y a las advertencias de ilegalidad de secretarios e interventores. Si esta fiscalización previa de legalidad es negativa, el gasto debería quedar paralizado
 
2.-Reforzar la imparcialidad y la independencia de los interventores, secretarios y tesoreros, potenciando la importancia de sus informes. Sus plazas deberían adjudicarse siempre por concurso de méritos, evitando en lo posible que lo sean por libre designación. UPyD defenderá el desarrollo en los ayuntamientos de las Islas de un régimen estatutario para los funcionarios de la Administración Local con habilitación de carácter nacional (secretarios, interventores y tesoreros) similar al de los Interventores de la Administración del Estado, para que puedan controlar con plena autonomía al órgano objeto de control.
 
3. Fortalecer la Inspección de Servicios, destinada a asegurar la eficacia y racionalidad organizativa y el cumplimiento de la normativa administrativa, así como la Intervención, destinada a velar por la eficiencia y legalidad del gasto público.
 
4. Modificar la ley 4/2004 de la Sindicatura de Cuentas para reforzar el papel de los síndicos según los siguientes criterios:
 
a) su función no sólo debe ser consultiva sino que deben tener poder sancionador y capacidad para emprender acciones judiciales si hallan indicios de delito;
 
b) se les debe dar más independencia en relación a los partidos políticos; y
 
c) los alcaldes deben estar obligados a entregar las cuentas so pena de que puedan ser sancionados con no recibir ayudas de la comunidad autónoma o de los consells insulares.
 
5. Sustituir los cargos de libre designación por funcionarios de carrera siempre que sea posible.
 
6. Gracias a las nuevas tecnologías como internet, todos los ciudadanos pueden acceder a información pública que hasta ahora estaba reservada a la clase política. De este modo el ciudadano puede conocer y valorar las decisiones de los políticos. Por ello, UPyD propone la creación de cuatro bases de datos (registros) de acceso público donde puedan consultarse:
 
a) todos los puestos de trabajo del personal eventual tanto de las distintas administraciones como de sus empresas públicas respectivas, con la identidad personal de cada puesto de trabajo, su salario, méritos, retribuciones, jornada laboral, etc.;
 
b) todas las subvenciones, directas o por concurso público, concedidas por las administraciones y respectivas empresas públicas, permitiendo la búsqueda tanto por emisores como por perceptores. Dicha base de datos deberá reflejar claramente tanto el fin de la subvención como los mecanismos para comprobar su correcto uso. También se publicarán las subvenciones inferiores a los 3.000 €, excluidas de la publicidad a día de hoy. Este registro ha sido una recomendación reiterada de la Sindicatura de Cuentas de las Islas Baleares;
 
c) todos los estudios financiados con fondos públicos, encargados a terceros externos a la administración, con los datos del expediente de contratación que no estén sujetos a secreto comercial; y
 
d) todos los convenios de las administraciones con empresas privadas.
 
7.- Condicionar las subvenciones a que las asociaciones que las reciban demuestren autonomía financiera por sus propios medios, de modo que las ayudas totales recibidas no sobrepasen nunca el 50% de su presupuesto ordinario.
 
8.- Habilitar un Registro de "actividades profesionales coincidentes". Todo político y todo profesional (al igual que sus cónyuges, convivientes o personas con parentesco hasta el segundo grado) que ejerza un cargo en una institución pública o en una empresa pública harán constar sus actividades profesionales y participaciones en empresas cuya actividad coincida total o parcialmente con la propia de la institución o empresa pública que gestione. Asimismo, se adaptará la normativa de incompatibilidades, con las correcciones necesarias, aplicadas a los altos cargos del Estado y de la Administración autonómica e insular, a concejales y alcaldes, extendiéndose a estos últimos por tanto, durante los dos años siguientes a su cese, la prohibición de trabajar para empresas de un determinado nivel de contratación con la entidad local durante el periodo en que se desempeñó el cargo.
 
9. Cambiar radicalmente la gestión de las empresas públicas en lo referente a:
 
a) personal: la contratación del personal se realizará por procedimientos públicos de igualdad de méritos y capacidad, con transparencia en las percepciones salariales y por otros conceptos
 
b) directivos: se nombrarán gerentes de empresas públicas a profesionales, no políticos electos, que se responsabilicen del equilibrio presupuestario de las mismas y de la calidad de productos o servicios ofrecidos
 
c) se aplicarán a las empresas públicas, entidades de derecho público, institutos y fundaciones de las mismas normas de transparencia económica y acceso a la información que al resto de la administración.
 
10.- Incapacitar a todo cargo de libre designación para la participación en mesas de contratación de la CAIB, los consells insulares, y los ayuntamientos, así como de todas las empresas públicas. Solo podrán participar funcionarios de carrera, y en las actas serán públicos los votos particulares.

Otra forma de hacer Las Rozas: con transparencia

Otra forma de hacer Las Rozas: con transparencia

Por Pablo Sánchez Buján: un vecino que confía en UPyD
7 de Marzo de 2011

Vivo en Las Rozas, un pueblo fenomenal, desde el año 1978. La corporación estaba dirigida entonces por socialistas. Carecíamos de muchos de los servicios básicos. Se habían construido varias urbanizaciones, la mayoría por una conocida empresa con nombre de santo. Apenas se podía llegar a ellas con transporte público; el teléfono tampoco alcazaba a todas las zonas y, por supuesto, no existían ni los móviles, ni muchos de los actuales centros escolares, comercios, polideportivos, bibliotecas, etc. También faltaba algo de lo que ni se hablaba, porque ni siquiera había nacido el término para definirlo, sólo servía para describir una de las cualidades del cristal: «Transparencia». Los vecinos jamás recibíamos información sobre cosas tan elementales como ¿cuánto dinero entraba en el Ayuntamiento? ¿dónde se recaudaba? ¿cómo se gastaba? A algún ingenuo que quiso preguntar, se le negaba, y santas pascuas.
Aún recuerdo que tuvimos que hacer manifestaciones e, incluso, cortar la carretera de El Escorial, para que nos arreglaran las casas y llegara el teléfono a ellas. No ayudó mucho nuestro alcalde de entonces, pero tampoco los concejales de la oposición, todos perfectamente acomodados en el Ayuntamiento. Curiosamente, también se aprobó un PGOU (Plan General de Ordenación Urbana), que incluía un magnífico Parque Empresarial, cuya gestión resultó ser de dudosa eficacia.
Ante este panorama, no les fue difícil a los del PP ganar las elecciones. Una de las primeras cosas que hicieron, casi premonitoria de su futuro, dieciséis años después, fue transformar una gran parte del citado Parque Empresarial en edificios de cuatro plantas, con lo que se daba paso a un vertiginoso aumento de la población que se duplicó en muy pocos años.
Ahora seguimos como cuando estábamos gobernados por el anterior partido. A pesar de que la transparencia está en boca de todos, su aplicación debe de ser misteriosamente difícil, pues después de dieciséis años de gobierno popular, con sus logros y sus fracasos, aún cuesta mucho saber en qué nos gastamos el dinero y cómo llega a las arcas del municipio. Sí he podido saber que el presupuesto es de unos 130 millones de euros. Para confirmar lo que digo, he leído que el de Las Rozas es de uno de los Ayuntamientos menos transparentes en la gestión de España, pues ocupa el puesto 75 de los 110 evaluados.
La transparencia no sólo es una cuestión de euros, aunque sus consecuencias sí lo sean. En la misma idea caben aspectos como la contratación de cargos de confianza, o explicar cuáles son las ventajas que conllevan algunos programas de hermanamiento. Personalmente, me hacen sentir más bien como un «primo», cuando me entero de lo que se ha gastado mi Corporación en estrechar vínculos con algunos países lejanos, como Rusia.
Puestos a contar, tampoco entiendo qué han estado haciendo los dos partidos de la oposición durante estos más de tres lustros de gobierno popular. Me preocupa que ellos tampoco tengan clara la idea de la «Transparencia», o bien, que se la hayan explicado demasiado tarde, tanto como para que tampoco les haga gracia empezar a mostrarlo todo, a estas alturas.
Sé positivamente que Unión Progreso y Democracia de Las Rozas sí que entiende cómo poner en práctica la transparencia, y lo hará en cuanto tenga nuestro apoyo. Llevo colaborando con este partido desde que llegó a Las Rozas, y estoy convencido de que su ideas renovadoras sí van a servir para abrir las cortinas de este ayuntamiento, y dejar a la vista lo que es de todos, pagado entre todos, y controlado por todos.
La solución sólo puede consistir en aumentar el protagonismo y la intervención de los ciudadanos en todo lo que les afecta. Ahora que ya todos tenemos teléfono, acceso a Internet, TDT, etc., no hay excusa para que no sepamos todos por qué, cómo y con qué dinero hacen las cosas nuestros empleados, los que trabajan en el ayuntamiento, esos que han sido elegidos por los roceños y las roceñas.
Termino citando una de las casi cincuenta propuestas sobre Transparencia que contiene el Programa de UPyD Las Rozas:
«UPyD se compromete a publicar la relación nominal de los cargos electos y, en su caso, funcionarios que forman los diferentes Órganos de Gobierno y Comisiones del Ayuntamiento, además de publicar la cuantía de las remuneraciones de unos y otros por asistencia a Plenos, Comisiones, etc.»

Vivir del presupuesto

 En el períodico El Pais, EMILIO GUEVARA SALETA, escribió este artículo que traslado a este blog, por  estar de acuerdo con él y considerarlo muy interesante

Los que tenemos una edad, vivimos en una España diferente y mejor que aquélla en la que nacimos, pero aún subsisten antiguos vicios. Hoy, cuando las burbujas de una engañosa abundancia estallan y hemos de acostumbrarnos a vivir de acuerdo con nuestras posibilidades reales, conviene reflexionar sobre las causas de la crisis, entre las que están algunos vicios muy arraigados entre nosotros. El viejo Romanones ya dijo, con cínica lucidez, que para el español es un error vivir al margen del Presupuesto. Aquí todos nos hemos convencido de que tenemos derecho a recibir gratuitamente toda clase de servicios, y creemos que cualquier actividad que se nos ocurra desarrollar es de interés general, y por tanto subvencionable. Exigimos disponer de todo, en todo lugar y en todo momento, siempre a costa del dinero público.
Si los gobernantes no comprenden que la fiesta ha acabado no sirven para su tarea
Tan peligrosa convicción se ha visto tradicionalmente retroalimentada por un cierto tipo de gobernantes y ediles que, con pólvora del rey, buscan el pasar a la pequeña o gran historia más por la construcción de palacios y equipamientos monumentales que por organizar con eficacia los auténticos servicios públicos. Son incansables e imaginativos a la hora de gastar, y con frecuencia son ellos mismos los que provocan la demandada ciudadana de equipamientos en modo alguno imprescindibles o urgentes. No les inquieta recurrir al endeudamiento porque saben que al final el palacio o el pabellón llevará su nombre y les facilitará la reelección, aunque ya no estarán allí cuando venza la deuda. Buscan la popularidad fácil, y basan su pequeño o gran poder en la creación de gabinetes, consejos, observatorios y otros inventos donde colocar a los partidarios fieles; en el encargo de informes pintorescos a consultoras y asesorías bien relacionadas; y en el reparto a voleo de ayudas y subvenciones para actividades de dudoso o nulo interés general. Vemos a comunidades autónomas y ayuntamientos que financian, avalan, y hasta les construyen el campo o pabellón, a equipos de fútbol, baloncesto, ciclismo y otros deportes gestionados por manirrotos que no dudan en pagar suculentas fichas a sus atletas, porque saben que, al final, la Administración pagará la ronda, con dinero fresco o con recalificaciones urbanísticas. No hay apenas conciertos, festivales, películas, representaciones teatrales, espectáculos taurinos o de otra índole que subsistan con la taquilla, sin recibir dinero de las administraciones. Asociaciones variopintas, casas regionales, comisiones de fiestas, concursos de bellezas, verbenas, romerías, desfiles y cabalgatas varias, paelladas, todo es aquí subvencionable porque nadie asume la impopularidad que supondría a veces decir simplemente: No.
Es difícil cuantificar este despilfarro, porque los presupuestos públicos, en especial los de los ayuntamientos y las comunidades autónomas, son muy poco transparentes. Pero sí sabemos ya que es insostenible, tanto desde la perspectiva del gasto público como de los valores y principios que deben de inspirar la acción de gobierno. Si la raíz de esta plaga está en la falta de discernimiento a la hora de deslindar lo público de lo privado, es inexcusable que quienes ejercen la política distingan entre todo aquello que ha de depender de la iniciativa privada, exista o no en un momento dado, y que, por tanto, no puede obtener dinero público, de lo que sí constituye un servicio público, e incluso de lo que, aún promovido por los ciudadanos, tiene un claro e indiscutible interés general, demostrado día a día, y que merece ser ayudado por la Administración. Sólo a partir de una idea compartida por todos de lo que pertenece a una u otra esfera será posible conocer la dimensión y la estructura adecuadas de la función pública en cada nivel, y gastar de modo racional y prudente.
No sólo esto. La crisis, que nos apea de la vida de vino y rosas que veníamos llevando, obliga a replantearse la forma de seleccionar las inversiones en equipamientos y dotaciones. Es de sentido común que, como en nuestra vida particular, no podemos permitirnos muchas cosas que mejorarían nuestro nivel de satisfacción personal, sencillamente porque exceden de nuestras posibilidades, y que, en consecuencia, habremos de distinguir entre lo necesario y urgente, y lo meramente conveniente y aplazable. Si los gobernantes de hoy no comprenden que la fiesta ha acabado, que la capacidad de endeudamiento tiene un límite, que las políticas de cara a la galería conducen a la ruina y a la escasez, que no valen excusas tan socorridas como la de que determinadas inversiones reactivan la economía, cuando en realidad generan más déficit para el futuro, que con muchos "chocolates del loro" se cuecen enormes tartas de deuda inasumible, sencillamente no sirven para la tarea que desempeñan.
Para solicitar y obtener el sacrificio y esfuerzo de todos, ahora que pastan vacas flacas, hay que predicar con el ejemplo desde las instituciones. Eliminar la duplicidad de servicios y unidades administrativas, reducir el número de cargos de libre designación, suprimir contrataciones externas caprichosas no constituye sólo una obligación política, sino también moral. Porque no sería justo que sean sólo los funcionarios de carrera, los pensionistas o las personas en situación de dependencia quienes vean recortados o congelados sus haberes, mientras sigue sin producirse una poda y limpieza a fondo de esa trama paralela que se nutre del hoy menguado erario público, y mientras se siguen promoviendo obras fastuosas y no indispensables, con cargo a la deuda que habrán de saldar los que vengan detrás.