A Mariano Rajoy y a todo su equipo económico del Gobierno del PP, se les "llenaba la boca" cuando, estando en la oposición decían que "subir impuestos es perjudicial para la economía del País". Sin embargo, les faltó poco tiempo para subirlos, nada más coger el poder.
Hoy en la revista digital Consumer: http://www.consumer.es/web/es/economia_domestica/sociedad-y-consumo/2013/09/25/217804.php, José Ignacio recio hace un seguimiento de la subida de diferentes impuestos, que por su interés he traído a esta página:
"Las tasas que afectan de manera directa al
consumidor, como el IVA, IRPF o IBI, y los impuestos indirectos han aumentado
de modo notable en los dos últimos años, son los impuestos que mas han subido"
Los impuestos que mayor incidencia están teniendo
sobre los consumidores son los que tienen como destinatarios a las rentas de
trabajo y el consumo, que en poco menos de dos años han sido incrementados
de modo notable. A ellos se unen otras tasas como el IBI, las rentas del ahorro o los impuestos
indirectos, como se indica en el presente reportaje.
Los impuestos que mayor incidencia están
teniendo sobre los consumidores son los que tienen como destinatarios a las
rentas de trabajo y el consumo, que en poco menos de dos años se han incrementado
de forma notable, lo que genera que los contribuyentes dispongan de menos
dinero en sus cuentas corrientes.
1. Subida del IRPF:
Hasta cinco subidas han
tenido que experimentar los contribuyentes en los últimos tres años en lo que
se refiere a la renta del trabajo. Ha sido así hasta alcanzar un incremento
del 0,75% a las bases inferiores a 17.707 euros y del 7% para las que superasen
los 300.000 euros, tras la creación de siete tramos nuevos en proporción a
las rentas, en donde el tipo máximo subió hasta el 52% para las rentas
superiores (300.000 euros), y el mínimo quedaba establecido en el 24,75%
(rentas inferiores a 17.707 euros). De esta manera, la carga fiscal vuelve a
niveles de 1996. Además, después han aumentado las retenciones a las
actividades profesionales que han pasado del 15% al 21%.
2. Dos alzas del IVA:
Tras el incremento en
2009 de este impuesto del 16% al 18%, los efectos de la crisis económica han
incidido en un alza aún mayor a partir de septiembre de 2012. En esa fecha, el
tipo reducido pasó del 8% al 10% y el normal aumentó del 18% al 21%. La
peor parte, sin embargo, se la han llevado varios servicios que han pasado de
tener un IVA reducido, del 8%, al ordinario del 21%. Esto ha afectado a peluquerías, centros de estética, discotecas,
teatros, circos, servicios funerarios...
3. El IBI más caro:
Desde 2012 los
propietarios de una vivienda han tenido un incremento en el tipo impositivo
de este impuesto de hasta el 10%. Es efectivo para la mitad de los pisos en
propiedad, que son los que tienen el valor catastral superior a la media de
cada municipio. Esto ha generado que el alza media por inmueble se haya situado
en 36,70 euros.
4. Deducción de la vivienda
habitual:
Una de las principales
novedades en lo que se refiere a la vivienda es que desapareció en 2013 la
deducción para sus adquisiciones. Pero no es la única que se contempla en el
panorama inmobiliario, ya que el IVA para las casas de nueva construcción ha
pasado a tributar al 10%, aunque habrá un pequeño respiro con respecto a
las de protección oficial, ya que se mantiene en el 4%.
Invertir es menos rentable
1. Rentas del ahorro:
Desde primeros de 2012,
los ahorradores tienen que pagar más impuestos por las rentas de capital o
de ahorro, con un nuevo gravamen del 2% para rentas de hasta 6.000 euros,
del 4% hasta 24.000 euros y del 6% para rendimientos superiores, que quedan
establecidas en el 21%, 25% y 27%, respectivamente.
Entre las rentas de
ahorro están incluidos intereses de los depósitos, cuentas, dividendos, así como las ganancias
patrimoniales en los productos de renta variable: acciones, fondos, futuros...
Un ahorrador que reciba intereses de una cuenta bancaria por valor de 1.000
euros, pagará 210 euros, 30 más que antes.
2. Penalizaciones en las
operaciones a corto plazo:
Los especuladores en
renta variable lo tienen más difícil para mejorar su rentabilidad en las operaciones
a corto plazo, tras concretarse que las plusvalías generadas en el primer
año tributan a los tipos del IRPF de cada persona.
La mínima para estos
plazos (hasta 12 meses) ha pasado del 21% al 24,75%, para cantidades de entre
6.000 y 24.000 euros, y al 27%, para las plusvalías que estén por encima de esa
cifra. En el caso de las personas con rentas más altas que viven en las
comunidades autónomas con mayor presión fiscal, se eleva hasta el 52%.
Impuestos indirectos en alza
Tampoco los impuestos indirectos se han
librado de la actual tendencia de subidas impositivas que marca la economía
española. Los más perjudicados son los fumadores y asiduos de bares, discotecas
y otros centros de ocio, ya que tendrán que pagar más por el consumo de
cigarrillos y bebidas alcohólicas destiladas por el incremento de sus
impuestos.
1. Fumar, un lujo:
El tabaco, que ya ha
sufrido tres aumentos fiscales en los últimos dos años, de nuevo ha subido en
fechas recientes con un encarecimiento de 15 céntimos la cajetilla. Pero donde
más se ha notado es en la picadura de liar, que pasa de 8 a 22 euros por cada
kilo, con una fiscalidad mínima que se traslada del 68,75% al 75%.
2. Las copas, más caras:
Las bebidas espirituosas
tampoco salen bien paradas de la escalada fiscal, al elevarse un 10%. Pasan de
8,30 euros por litro de alcohol puro a 9,30 el litro, lo que significa un
incremento de 83 céntimos, aunque su repercusión final sobre el consumidor no
es del todo homogénea, ya que cada bebida destilada tiene una tributación
especial. En cualquier caso, esta última subida no afecta ni a la cerveza,
ni al vino, que mantienen sus precios.
3. Menos ganancias en los
sorteos:
Los que tengan la suerte
de ser agraciados con algún premio de Loterías del Estado también sentirán las tijeras
del fisco, pues se implantado un nuevo impuesto que grava con el 20% las
ganancias superiores a 2.500 euros. Sus efectos se están notando desde
principios de 2013, ya que antes estaban exentos de impuestos en el momento de
su recepción, salvo para los rendimientos sucesivos.
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