miércoles, 25 de septiembre de 2013

LA SUBIDA DE IMPUESTOS

A Mariano Rajoy y a todo su equipo económico del Gobierno del PP, se les "llenaba la boca" cuando, estando en la oposición decían que "subir impuestos es perjudicial para la economía del País". Sin embargo, les faltó poco tiempo para subirlos, nada más coger el poder.
 
Hoy en la revista digital Consumer: http://www.consumer.es/web/es/economia_domestica/sociedad-y-consumo/2013/09/25/217804.php, José Ignacio recio hace un seguimiento de la subida de diferentes impuestos, que por su interés he traído a esta página:
 
"Las tasas que afectan de manera directa al consumidor, como el IVA, IRPF o IBI, y los impuestos indirectos han aumentado de modo notable en los dos últimos años, son los impuestos que mas han subido"
 
Los impuestos que mayor incidencia están teniendo sobre los consumidores son los que tienen como destinatarios a las rentas de trabajo y el consumo, que en poco menos de dos años han sido incrementados de modo notable. A ellos se unen otras tasas como el IBI, las rentas del ahorro o los impuestos indirectos, como se indica en el presente reportaje.
 
Los impuestos que mayor incidencia están teniendo sobre los consumidores son los que tienen como destinatarios a las rentas de trabajo y el consumo, que en poco menos de dos años se han incrementado de forma notable, lo que genera que los contribuyentes dispongan de menos dinero en sus cuentas corrientes.
 
1.    Subida del IRPF:
Hasta cinco subidas han tenido que experimentar los contribuyentes en los últimos tres años en lo que se refiere a la renta del trabajo. Ha sido así hasta alcanzar un incremento del 0,75% a las bases inferiores a 17.707 euros y del 7% para las que superasen los 300.000 euros, tras la creación de siete tramos nuevos en proporción a las rentas, en donde el tipo máximo subió hasta el 52% para las rentas superiores (300.000 euros), y el mínimo quedaba establecido en el 24,75% (rentas inferiores a 17.707 euros). De esta manera, la carga fiscal vuelve a niveles de 1996. Además, después han aumentado las retenciones a las actividades profesionales que han pasado del 15% al 21%.
2.    Dos alzas del IVA:
Tras el incremento en 2009 de este impuesto del 16% al 18%, los efectos de la crisis económica han incidido en un alza aún mayor a partir de septiembre de 2012. En esa fecha, el tipo reducido pasó del 8% al 10% y el normal aumentó del 18% al 21%. La peor parte, sin embargo, se la han llevado varios servicios que han pasado de tener un IVA reducido, del 8%, al ordinario del 21%. Esto ha afectado a peluquerías, centros de estética, discotecas, teatros, circos, servicios funerarios...
3.    El IBI más caro:
Desde 2012 los propietarios de una vivienda han tenido un incremento en el tipo impositivo de este impuesto de hasta el 10%. Es efectivo para la mitad de los pisos en propiedad, que son los que tienen el valor catastral superior a la media de cada municipio. Esto ha generado que el alza media por inmueble se haya situado en 36,70 euros.
4.    Deducción de la vivienda habitual:
Una de las principales novedades en lo que se refiere a la vivienda es que desapareció en 2013 la deducción para sus adquisiciones. Pero no es la única que se contempla en el panorama inmobiliario, ya que el IVA para las casas de nueva construcción ha pasado a tributar al 10%, aunque habrá un pequeño respiro con respecto a las de protección oficial, ya que se mantiene en el 4%.
Invertir es menos rentable
1.    Rentas del ahorro:
Desde primeros de 2012, los ahorradores tienen que pagar más impuestos por las rentas de capital o de ahorro, con un nuevo gravamen del 2% para rentas de hasta 6.000 euros, del 4% hasta 24.000 euros y del 6% para rendimientos superiores, que quedan establecidas en el 21%, 25% y 27%, respectivamente.
Entre las rentas de ahorro están incluidos intereses de los depósitos, cuentas, dividendos, así como las ganancias patrimoniales en los productos de renta variable: acciones, fondos, futuros... Un ahorrador que reciba intereses de una cuenta bancaria por valor de 1.000 euros, pagará 210 euros, 30 más que antes.
2.    Penalizaciones en las operaciones a corto plazo:
Los especuladores en renta variable lo tienen más difícil para mejorar su rentabilidad en las operaciones a corto plazo, tras concretarse que las plusvalías generadas en el primer año tributan a los tipos del IRPF de cada persona.
La mínima para estos plazos (hasta 12 meses) ha pasado del 21% al 24,75%, para cantidades de entre 6.000 y 24.000 euros, y al 27%, para las plusvalías que estén por encima de esa cifra. En el caso de las personas con rentas más altas que viven en las comunidades autónomas con mayor presión fiscal, se eleva hasta el 52%.
Impuestos indirectos en alza
Tampoco los impuestos indirectos se han librado de la actual tendencia de subidas impositivas que marca la economía española. Los más perjudicados son los fumadores y asiduos de bares, discotecas y otros centros de ocio, ya que tendrán que pagar más por el consumo de cigarrillos y bebidas alcohólicas destiladas por el incremento de sus impuestos.
1.    Fumar, un lujo:
El tabaco, que ya ha sufrido tres aumentos fiscales en los últimos dos años, de nuevo ha subido en fechas recientes con un encarecimiento de 15 céntimos la cajetilla. Pero donde más se ha notado es en la picadura de liar, que pasa de 8 a 22 euros por cada kilo, con una fiscalidad mínima que se traslada del 68,75% al 75%.
2.    Las copas, más caras:
Las bebidas espirituosas tampoco salen bien paradas de la escalada fiscal, al elevarse un 10%. Pasan de 8,30 euros por litro de alcohol puro a 9,30 el litro, lo que significa un incremento de 83 céntimos, aunque su repercusión final sobre el consumidor no es del todo homogénea, ya que cada bebida destilada tiene una tributación especial. En cualquier caso, esta última subida no afecta ni a la cerveza, ni al vino, que mantienen sus precios.
3.    Menos ganancias en los sorteos:
Los que tengan la suerte de ser agraciados con algún premio de Loterías del Estado también sentirán las tijeras del fisco, pues se implantado un nuevo impuesto que grava con el 20% las ganancias superiores a 2.500 euros. Sus efectos se están notando desde principios de 2013, ya que antes estaban exentos de impuestos en el momento de su recepción, salvo para los rendimientos sucesivos.
 

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