Leyendo a Platón y comparando muchas de sus ideas sobre la
sociedad de su tiempo con la actual, me apena ver que en muchos conceptos
básicos hemos cambiado muy poco.
Hablando de la sociedad, Platón nos dice que esta está
formada por una serie de grupos escalonados, en donde hay un primer grupo,
llamado de élite, en su caso “políticos filósofos”, ya que daba a estos un
estatus de conocimiento y “saber hacer”, los
cuales debería dirigir a los “ciegos”, ciudadanos corrientes, hacia una buena
vida que estos, los ciegos, los ciudadanos corrientes, no podían ni imaginar. Para
Platón este era el caso ideal, en donde todo estuviera estático y armonioso.
Y yo me pregunto:
¿Después de más de 2500 años, no sigue todo igual?
Tenemos a los
ciudadanos del primer escalón, que actualmente no son filósofos ni siquiera
los ciudadanos mejor formados en muchas ocasiones y menos en los partidos
tradicionales donde se han enquistado los oportunistas, los malabaristas, mucha
gente sin formación que “magnifican” al líder y este les premia dándoles un
lugar a su lado.
Pero el mayor problema viene de los ciudadanos del segundo
escalón, los “ciegos”, que no quieren ver, que no quieren saber, que no se
informan, que como burros con orejeras, solo siguen el camino que un día
alguien les inculcó o les dijo. Estos,
son incapaces de razonar, ven enemigos donde no los hay, son unos rígidos
mentales que a pesar de ver como los dirigentes a los que ellos apoyan con su
voto son unos corruptos demostrados, no quieren ni tienen intención de cambiar.
Y yo me pregunto de que si dicha rigidez se deba a que “quizás porque si ellos
estuvieran en el poder harían lo mismo.
La sociedad, los ciudadanos, tenemos que cambiar, y apoyar
con nuestro voto a los que de verdad nos van a proteger, a ayudar en llevar una
vida mejor para la mayoría, con reglas de convivencia transparentes, con
actuaciones éticas ejemplares. Sabemos que lo perfecto en política no existe,
pero tenemos que intentarlo.
Platón en su obra “El político” propone que el gobierno de
la Ley someta a los dirigentes a unos principios justos, pero nuestros
dirigentes an manipulado la Ley, para que les sirva en la consecución y
mantenimiento del poder.
Dejemos atrás nuestros miedos al cambio, dejemos atrás a los
que nos han fallado y no han puesto medios de control como para que la
corrupción será detectada y abolida de forma inmediata. Estos no son dignos de
nuestra confianza. Y éstos, entre los que nos han fallado están el PSOE, el PP,
Los Nacionalistas e incluso IU.
Demos oportunidad a los que llegan con un discurso de
transparencia, de igualdad de oportunidades, de rechazo a la corrupción, de
eficiencia en la gestión de las Administraciones públicas, de elegir a sus
dirigentes por mérito y capacidad, no por enchufismo, … Y aquí, actualmente
solo conozco a UPyD, Unión Progreso y Democracia.
Por último, Platón en “Las Leyes” busca un sistema que
reconozca la fragilidad moral del individuo, al tiempo que cree las
circunstancias en las que sea posible gobernar. La respuesta de Platón es una
educación rigurosa para los ciudadanos.
Los españoles estamos imbuidos por una cultura de
corruptelas y corrupción desde hace siglos, pero podemos cambiar. Podemos cambiar
si tenemos buenos dirigentes que se lo propongan y nos lo propongan, con la
participación de toda la sociedad se puede conseguir, aunque sea a medio/largo
Plazo, pero en algún momento tendremos que empezar el cambio.
Pablo Sánchez Buján
14-3.2014
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